Los cereales en el huerto ecológico

Introducción a los cereales

Etimológicamente, la palabra cereales proviene de Ceres, en la mitología romana, la diosa de la agricultura. Los cereales, debido a sus características son uno de los pilares de la alimentación humana. Son plantas herbáceas monocotiledóneas de ciclo vegetativo anual, pertenecen a la familia de las gramíneas. Se caracterizan entre otras cosas por su estructura morfológica, ya que están compuestos por un tronco con estructura de caña que termina en una espiga o panícula, que proporciona unos granos, los cuales son las semillas, y que son la parte de la planta que se consume. El tallo, una vez seco es lo que conocemos como “paja” y también se aprovecha como alimento para ganado, para acolchar suelos o como biomasa.

Todos los cereales derivan de gramíneas silvestres, pero se han diversificado tanto de sus cepas originarias que actualmente constituyen especies distintas. Hay varios motivos por los que los cereales son los principales abastecedores de la dieta humana y uno de los ejes de la agricultura, estas son algunas de ellas:

  • Son muy nutritivos. Los cereales aportan principalmente hidratos de carbono a nuestra dieta, de algunos cereales también se obtiene aceite vegetal procedente del germen de algunas semillas que contiene lípidos. Por otra parte, las semillas están rodeadas por una cutícula compuesta principalmente de celulosa, el salvado, que nos aporta gran cantidad de fibra.
  • Su fácil almacenamiento después de ser cosechados. Los cereales necesitan varios tratamientos después de la cosecha, una vez realizados estos procesos duran mucho tiempo almacenados en diversas formas, harinas, grano, etc.
  • Se adaptan a todos los terrenos y climas. Para cada lugar hay un cereal que es el que mejor se adapta, por este motivo, la dieta humana se basa principalmente en un cereal u otro dependiendo del lugar, algunos ejemplos:
    -    El arroz se desarrolla bien en zonas tropicales húmedas.
    -    El sorgo se desarrolla bien en zonas tropicales secas.
    -    El trigo se desarrolla bien en tierras compactas en zonas templadas.
    -    El centeno se desarrolla bien en tierras templadas, secas y arenosas.
    -    La avena se desarrolla bien en tierras frías y lluviosas.
    -    La cebada se desarrolla bien en tierras áridas y templadas.

Los cereales se suelen cultivar en grandes superficies, de manera mecanizada y es poco común que se cultiven a pequeña escala o en huertos. Esto se debe principalmente a que estos cultivos conllevan mucho trabajo  postcosecha, trillado, ventilado, secado, almacenado y un tratamiento secundario que dependerá del uso que se le vaya a dar, ya que la mayoría de los cereales no se pueden consumir directamente en grano, estos procesos pueden consistir en moler para obtener harina, fermentar, descascarillar, etc. Sin embargo, aunque sea trabajoso y quizás poco rentable, siempre podemos reservar un lugar en nuestro huerto para los cereales porque siempre será gratificante conseguir el autoabastecimiento y consumir los productos que nosotros mismos hemos obtenido con nuestro esfuerzo. Además, también se pueden obtener bebidas vegetales directamente a partir del grano, por ejemplo, la leche de avena. Otra ventaja de cultivar cereales es que conseguimos nuestra propia paja y así podemos realizar acolchado para otros cultivos.