Te presentamos cinco acciones con las que tomarse en serio el movimiento por el decrecimiento.
Rechazar: toma de conciencia e información
Cuando vamos a elegir un producto que consumir debemos tomar conciencia del sistema productivo que estamos apoyando al comprarlo e informarnos sobre qué circuitos ha seguido o con qué métodos se produce, valorando la verdadera necesidad de consumirlo y las alternativas. Ser conscientes del daño al medio ambiente, de los kilométricos desplazamientos en ciertos alimentos con opciones más cercanas de temporada, contribuye a mejorar nuestro planeta.
Reducir: valorar la auténtica necesidad
A la hora de comprar influyen muchos aspectos que nos conducen a adquirir productos de los que podríamos prescindir o que tienen un corto recorrido en nuestra vida, de escasa duración, poco uso, caducidad corta, inútiles, superfluos… influidos por la publicidad, hábitos no saludables o simplemente falta de reflexión. El pararse a pensar antes de comprar valorando la utilidad o necesidad real nos ayudará a reducir el consumo, a no acumular y por tanto a desperdiciar menos.
Reducir también es eliminar el mayor numero de envases a la hora de adquirir un producto: embalajes superfluos, bolsas de contención, tipo de embalaje y posibilidad de reutilización.
Reutilizar: dar otra vida
Reutilizar es volver a dar uso. Esto pasa porque haya un planteamiento en este sentido desde el fabricante al consumidor. Desde el envase retornable que puede ser usado para el mismo fin a otros objetos que antes que ser eliminados pueden tener un uso distinto y duradero.
Reparar: retomar los arreglos
Arreglar un electrodoméstico se ha convertido en una verdadera odisea encaminada a que la compra de uno nuevo sea más económica. No digamos de la telefonía móvil, de la ropa de moda… Facilitar los circuitos de reparación y que sean asequibles a los usuarios así como la fabricación responsable de elementos reparables nos llevaría a reducir los desechos en estos sectores que acaban en terceros países donde se acumulan las basuras.
Reciclar: último recurso
Reciclar es un acto de rendición ante la falta de opciones anteriores. No es posible reciclar todo lo que generamos. Por tanto la solución pasa por no generar. No hay vuelta atrás.
Tenemos que ser muy selectivos con lo que se lleva a reciclaje. Una correcta separación hará factible el compostaje de la parte orgánica. Con los plásticos y el papel tenemos que ir a la producción mínima o nula de residuos y con el vidrio derivar a la reutilización.