Te presentamos aquí algunas de las técnicas básicas que se deben llevar a cabo en el huerto para mejorar la salud del mismo y de los cultivos que lo conforman.
Clareo
Esta técnica consiste en una vez que hayan germinado las semillas que plantamos, ir eliminando las más débiles hasta alcanzar una densidad que sea adecuada al cultivo en cuestión, por ejemplo, una distancia de 3-5 cm entre zanahorias o 20- 30 centímetros entre lechugas. De otra forma, si la densidad de población es excesiva las plantas no tendrán un correcto desarrollo.
Despunte o desmoche
Se trata de podar las hortalizas, consistirá en ir cortando algunos brotes con el objetivo de que los tallos principales sean más vigorosos y el follaje más frondoso, consiguiendo finalmente un aumento de la producción, ya que así se mejora la salud de la planta y los frutos serán mayores.
Entutorado
Esta técnica consiste en crear estructuras de soporte, también llamadas tutores, con el objetivo de brindar apoyo a plantas que tienden a desarrollarse en altura, como por ejemplo, los tomates o las judías. Existen diversos materiales con los que realizar estas estructuras, como ramas, cañas o varillas de plástico.
Aporcado
Esta técnica consiste en consiste en recoger tierra en el entorno de la planta y amontonarla junto a ella haciendo un pequeño montículo y si es en filas, un caballón. El objetivo de esta técnica es por una parte ayudar al mayor desarrollo de las raíces o blanquear tallos. No a todos los cultivos les viene bien el aporcado. Algunas de las plantas a las que les viene bien esta técnica son las patatas, alubias, guisantes, coliflores, tomates, pimientos, y siempre que queramos sujetar los tallos del cultivo, ayudar a las raíces, por otra parte, cuando el objetivo sea blanquear algunos cultivos que necesitan de esta técnica son los cardos, los puerros, los espárragos cuando se quieren consumir blancos o el hinojo. Normalmente el aporcado se lleva a cabo de manera progresiva y suele tener un efecto positivo en lo que se refiere a ahorro de riego.