Descripción y características: Este árbol es originario de Asia menor y puede llegar a los 10 metros de altura, aunque comúnmente es un arbusto o arbolillo de 3 a 6 metros. Los frutos tienen una cubierta dura y aparecen agrupados al final de un pedúnculo corto. Esta especie se extiende de manera espontánea por casi toda Europa y en España se encuentra en la mayoría de las provincias y donde más se cultiva es en Asturias y Tarragona.
Clima: Es una especie muy tolerante en cuanto a clima, resiste bien las heladas y también las sequías, aunque en este caso es común que el fruto se caiga de manera prematura. Requiere bastante humedad y una ubicación aireada para el correcto desarrollo de los frutos. En zonas frías del norte prefiere un lugar soleado y en zonas del norte prefiere lugares con sombra.
Tierra y abonado: No es muy exigente en cuanto a suelos, pero se desarrolla mejor en terrenos profundos, húmedos y permeables. No se adapta bien a terrenos muy arenosos ni a terrenos con tendencia al encharcamiento. Necesita terrenos ricos en materia orgánica, siendo muy exigente en cuanto a calcio, por lo que si el terreno es pobre en este nutriente, habrá que añadir rocas calizas o algas calcáreas. También es algo exigente en cuanto a fósforo y potasio.
Labores de mantenimiento: La plantación puede ser de secano o de regadío. En climas muy secos convendrá hacer un aporte de riego en el periodo de crecimiento y desarrollo del fruto, aunque el cultivo sea de secano. Conviene realizar alguna poda para facilitar el acceso de luz al centro de la copa y así evitar que fructifique solamente en la periferia. También será necesario extirpar rebrotes durante el invierno.
Plantación: Se plantará en la parada invernal, entre diciembre y enero preferiblemente. La forma tradicional de multiplicación del avellano es mediante hijuelos o rebrotes o mediante siembra en semillero para su posterior trasplante. En ambos casos, después de la plantación es conveniente realizar un desmoche a la altura de aproximadamente 30 centímetros. El marco de plantación está en torno a los 4 metros entre plantas por 7 entre líneas, dependerá de si el cultivo es en secano o en regadío.
Recolección: El avellano florece entre enero y abril y los frutos maduran entre agosto y octubre. La recolección se lleva a cabo cuando el involucro ha cambiado de color y empieza a marchitarse, ya que de realizarse antes la avellana podría ser insípida. En el momento de la recolección la humedad no debe ser muy alta (preferiblemente inferior al 7%), ya que si no corre el riesgo de estropearse. Después de la recolección las avellanas se extenderán para su secado, después se almacenarán en algún lugar ventilado y protegido de altas oscilaciones térmicas. Cada dos o tres días conviene revolverlas para evitar ataques de hongos y separarlas de la cúpula.
Nombre científico: Corylus avellana L.
Familia: Betulaceae