En agricultura ecológica el término “malas hierbas” desaparece y es substituido por “hierbas competidoras” o “hierbas adventicias”. Por planta adventicia nos referimos a una planta que crece espontáneamente sin haber sido sembrada. Estas plantas suelen tener gran capacidad de colonización del terreno por lo que suelen ser competidoras de los cultivos. Sin embargo, no siempre la presencia de estas plantas en el huerto es negativa, las plantas adventicias también tienen ventajas y en algunos casos pueden ser beneficiosas.
Ventajas de las hierbas adventicias:
Proporcionan cobertura a la tierra. Es preferible una tierra cubierta con hierbas adventicias a un suelo desnudo.
Protegen de la erosión, frenan la escorrentía.
Mejoran la actividad biológica del suelo y su estructura.
Pueden ser cobijo de depredadores y parásitos de insectos causantes de plagas.
Si se siegan en el momento adecuado no tendremos semilla y puede ser restituida la materia orgánica de la planta al suelo.
Muchas de ellas tienen interés como plantas medicinales.
Contribuyen a la biodiversidad del ecosistema.
Las hierbas como bioindicadoras
Nos indican el estado del suelo y de su cantidad de nutrientes:
- Tierra con mucha humedad: Cola de caballo (Equisetum sp.), botón de oro rastrero (Ranunculus repens), hierbabuena de burro (Mentha arvensis), uña de caballo (Tussilago fárfara).
- Tierras secas y pedregosas: Espejo de venus (Legousia speculum-veneris), Agujas (Erodium cicutarium), umbelíferas como Falcaria vulgaris
- Tierras muy compactadas: Argentina (Potentilla anserina), llantén mayor (Plantago major), Matricaria discoidea.
- Tierras bien aireadas y húmedas: Verónica, conejitos (Fumaria officinalis),ortiga muerta púrpura (Lamium purpureum), nomeolvides común (Myosotis arvensis).
- Suelos con muy mala estructura: Grama de olor (Anthoxanthum odoratum), cola de caballo, juncos, carrizos.
- Suelos con mala estructura: Gramíneas, rabanillo silvestre (Rhaphanus raphanistrum), pie de león (Archemilla vulgaris), manzanilla (Matricaria chamomilla).
- Suelos con buena estructura: Cenizo (Chenopodium álbum), ortigas muertas (Lamium sp.).
- Suelos con muy buena estructura: Alsine (Stellaria media), mercurial (Mercurialis annua), ortiga menor (Urtica urens), soldado galante (Galinsoga parviflora), lechetreznas (Euphorbia sp.).
- Suelos con mucho nitrógeno: Ortiga mayor (Urtica dioica), cenizo (Chenopodium album), Mercurial (Mercurialis annua), hierba cana (Senecio vulgaris), bledo (Amaranthus retroflexus).
- Suelos con ph básico (por encima de 7): Salvia de prados (Salvia pratensis), esparceta (Onobrychis viciaefolia), pensamiento (Viola tricolor), mostaza silvestre (Sinapis arvensis), lechetrezna (Euphorbia chamaesyce).
- Suelos con ph ácido (por debajo de 7): Verónica macho (Veronica officinalis), acebo (ilex aquifolium), hierba de gato (Stachys arvensis).
También nos pueden dar información sobre el manejo de la tierra:
- Grama (Cynodon dactylon): compactación del suelo, fuertes contrastes hídricos.
- Castañeta o juncia (Cyperus rotundus): exceso de riego, salinización del suelo.
- Digitaria (Digitaria sanguinalis): asfixia por agua o materia orgánica, enterramiento de materia orgánica fresca, trabajo de suelo sin tempero.
- Rabaniza blanca (Diplotaxis erucoides): suelos compactados. Ph elevado que bloquea nutrientes.
- Zapatitos (Lamium amplexicaule): exceso de materia orgánica en suelos básicos.
- Cerraja (Sonchus oleraceus): exceso de agua y materia orgánica.