Las generaciones futuras tienen derecho a disponer de un medio ambiente lo más sano posible que facilite su existir en el planeta, a que no se agoten los recursos naturales para que puedan desarrollar su vida en plenitud y a tener una calidad de vida que no se vea amenazada por un cambio climático hostil, fruto de nuestro legado.
Los representantes municipales de más de 800.000 ciudadanos han pedido la creación de una figura que todavía no existe en España, el Defensor de las Generaciones Futuras. Esta iniciativa, respaldada por Naciones Unidas y a la que se han unido casi 180 municipios de toda la península (Córdoba, Sevilla, Ciudad Real, Valdepeñas ,Alcalá de Henares , Hospitalet de Llobregat, entre otros) pretende crear una entidad que piense en los efectos de las decisiones actuales en aquellos que aún no han nacido . Se trata de ponerle voz a las generaciones que aún no han llegado.
El Defensor del Pueblo actúa sobre el presente. El Defensor de las Generaciones futuras debe anticiparse, instaurar una nueva forma de pensar para hacer políticas que trasciendan a la generación actual.
Esta entidad ya existe en Alemania, Bélgica, Israel, Kenia o Reino Unido. Las funciones generales de este comisionado son asesorar, informar, denunciar e incluso personarse en acciones judiciales. Los modelos son varios. En algunos casos son órganos de extracción parlamentaria o adjuntos al defensor del pueblo. En otros, la oficina depende directamente del Gobierno, hay fórmulas mixtas y algunos países cuentan con el respaldo de organizaciones y empresas privadas. El ámbito suele ser territorial y sus competencias es sobre todo tipo de entidades cuyas decisiones tengan consecuencias a largo plazo.
Un buen ejemplo de este organismo lo es el constituido en Gales (Reino Unido). Sus áreas prioritarias de actuación son el cambio climático, un modelo económico de futuro, la evolución demográfica y la participación ciudadana.
Su intención al fundar esta Defensoría ha sido ayudar a las entidades a planificar el futuro para crear una región más próspera, resiliente, más saludable, igualitaria, cohesionada, cultural y globalmente responsable. Sus herramientas son el diálogo y la colaboración entre comunidades, entre los individuos y sus servicios públicos.