Aunque las plagas no deben aparecer si se realiza una correcta gestión del huerto, no siempre esto depende de nosotros, ya que todos los ecosistemas están relacionados entre sí, por lo que el hecho de que otros ecosistemas estén en desequilibrio afecta directamente al nuestro.
Por otro lado, es posible que la situación de la que partimos no sea la más idónea, estando situado nuestro huerto en un lugar que antes haya sido tratado de forma incorrecta y que por lo tanto tengamos que recuperar poco a poco.
Existen casos en los que no nos queda otro remedio que actuar para evitar un huerto improductivo. En este caso llevaremos a cabo una serie de actuaciones, comenzaremos con las menos agresivas y si no funcionan iremos subiendo el nivel, siempre dentro de los marcos de la agricultura ecológica. Estas son algunas de las medidas que se pueden tomar:
- Recogida manual de los insectos que están dañando nuestro cultivo y eliminación de las partes afectadas por estos.
- Colocación de barreras y obstáculos que impidan acercarse a los insectos o pájaros que estén dañando el cultivo, por ejemplo mallas, recipientes con cerveza para las babosas, cintas alrededor de los árboles para que no suban las hormigas, entre otros.
- Colocación de trampas con feromonas que atraerán y capturarán a los insectos no deseados.
- Utilización de repelentes a base de decocciones o extractos de plantas. Por ejemplo el ajo, las ortigas o la cola de caballo son algunos de los más utilizados.
- Lucha biológica. Esto consiste en introducir o potenciar especies antagonistas o depredadoras de la plaga en cuestión o vegetales cuya simbiosis con el cultivo evite las plagas.
- Utilización de insecticidas naturales de rápida degradación. La forma de administración será fumigando o esparciéndolos sobre las plantas afectadas teniendo cuidado para que no afecten a todo el sistema. Un ejemplo de este tipo de insecticida es el pelitre, un pesticida natural que se obtiene de las flores secas de Pyrethrum cinerariaefolium y que en el mercado se suele encontrar en polvo para después ser pulverizado. Hay que tener cuidado de no administrarlo cerca de cursos de agua ya que es también tóxico para peces e invertebrados, también conviene esperar algunos días antes de consumir el cultivo pulverizado con esta sustancia, ya que tarda unos días en biodegradarse con la luz y el oxígeno.
Es recomendable complementar estas técnicas con la realización de tratamientos reforzantes de forma regular a base de extractos de plantas y estudiando en que parte del ciclo del insecto causante de la plaga es más conveniente actuar.