Almacenar las semillas

Almacenar las semillas

Tanto si compramos las semillas como si las obtenemos nosotros es imprescindible conservarlas en condiciones que nos aseguren que no se perderá su poder germinativo antes de tiempo.

Las diferentes especies del huerto tienen una duración específica que debemos conocer para saber el tiempo que podemos esperar que dure su capacidad para germinar. Con nuestras semillas partimos de haber realizado una adecuada selección en campo de forma que no hayan tenido daños en el cultivo ni en la recolección. También habremos realizado un procesado conveniente. Para las semillas comerciales tendremos bien presente las fechas de validez del análisis de germinación indicadas en los envases, que nos da la información del tiempo que podemos usar la semilla con garantía de que germine, siempre que no se haya rebasado esta fecha y que las condiciones de almacenamiento del vendedor de las mismas haya sido la adecuada. También pueden presentar daños por plagas en almacén por lo que nos aseguraremos de su correcto estado.

Para un correcto almacenaje los factores que más influyen son la temperatura y la humedad.

  • Temperatura: a más temperatura la semilla inicia el proceso de germinación, para evitarlo es conveniente reducirla, colocando nuestras semillas en lugares frescos, no es imprescindible en el frigorífico salvo para aquellas que tengan poca duración.
  • Humedad: la semilla debe ser guardada bien seca y en un ambiente que no le proporcione humedad porque la absorberá. El embalaje será importante.

Conjugando ambos parámetros con la ausencia de luz podremos alargar la vida de nuestras semillas.

Los materiales para guardarlas que podemos usar estarán en función de las condiciones ambientales de nuestro almacén:

  • Papel o tela: materiales porosos adecuados para sitios secos, oscuros y frescos, no nos aseguran la protección contra insectos o roedores.
  • Botes de cristal: para lugares oscuros y frescos. Si cierran bien y se pone dentro una sustancia que absorba la humedad mejoramos mucho su durabilidad (un simple trozo de tiza). Nos da mayor seguridad de que no se propagará una plaga entre las semillas y los ratones no darán cuenta de ellas.
  • Madera: buen aislante del calor, no adecuado para lugares húmedos.