Cada especie puede requerir un tipo determinado de técnica reproductiva, pero además hay otros factores (las dimensiones del terreno en el que vamos a sembrar, las necesidades de espacio que requerirá la planta en su fase adulta, etc.) que pueden influir a la hora de decantarnos por una o por otra.
La siembra es el método más comúnmente usado. Hay varias formas de hacerlo que dependerán del tipo de cultivo. Tipos de siembra:
- Siembra directa en tierra: el momento ideal es por la mañana y se puede sembrar a voleo (esparciendo al azar las semillas), en líneas (se traza una línea y en ella se esparcen las semillas con una separación regulada entre ellas) o en hoyos (se hacen hoyos y posteriormente se introducen las semillas en los mismos).
La cantidad de semillas dependerá también del cultivo, dependiendo del espacio que ocupe y la profundidad de siembra también dependerá del cultivo y de la semilla en cuestión, una regla que se suele usar es introducir la semilla a una profundidad de tres veces su grosor. Por lo tanto una semilla pequeña se podrá plantar a voleo, simplemente rastrillando después la tierra para que la semilla sea cubierta, sin embargo una para una semilla grande el procedimiento deberá ser en hoyos o en líneas. - Siembra en semilleros: Este tipo de siembra está recomendada para plantas que toleren bien el trasplante y que en sus primeras fases puedan verse afectadas por el frío o puedan ser devoradas por caracoles, babosas o gusanos. De esta forma, los semilleros protegerán a la planta en sus primeros estadios, pudiéndose controlar aquí la temperatura y la humedad.
- Siembra en macetas o contenedores: Este tipo de recipientes de siembra nos facilitarán la gestión de las plántulas y su posterior trasplante. Hay que tener especial cuidado con el tipo de sustrato que se usa en esta siembra, ya que sino la planta puede sufrir deshidratación. La mezcla ideal para este tipo de siembra es un 50 % de fibra de coco, un 40 % de lombricompost y un 10 % de perlita (o arena muy porosa).
Cuando la siembra no se realiza directamente en la tierra, tendremos que realizar un repicado y un posterior trasplante o un trasplante directamente. Un repicado consiste en trasladar la plántula del semillero a una maceta para que termine su proceso de enraizamiento y se fortalezca antes de ser llevada a la tierra. Por otro lado, el trasplante consiste en trasladar las plántulas que ya han enraizado a la tierra (normalmente cuando han alcanzado los 5-10 centímetros las hojas y la raíz tiene el grosor de un lápiz).
Como ya se ha dicho antes el tipo de siembra a elegir dependerá del cultivo, estás son algunas de las especies que se recomiendan para los distintos tipos de siembra:
- Siembra en semilleros y recipientes: Acelgas, apios, berenjenas, calabazas, cebollas, coles, escarolas, lechugas, melones, pepinos, pimientos, puerros, sandias y tomates.
- Siembra directa: Ajos, chirivías, espinacas, habas, judías, guisantes, maíz, rábanos, remolacha, patatas y zanahorias.
- Esquejes: Esta técnica reproductiva consiste en cortar un brote apical o lateral de una planta y ponerlo en un sustrato de siembra o directamente sobre la tierra manteniendo una temperatura y humedad regulares para que este brote enraíce y de esta forma de lugar a una nueva planta con las mismas características de la primera. No todas las plantas se pueden reproducir por esquejes, un ejemplo de planta que se reproduce bien mediante esta técnica es el tomate.
- Reproducción de tubérculos: Los tubérculos (como las patatas y los boniatos) se reproducen de otra forma. Se seleccionan las piezas más sanas, se dejan un tiempo en un lugar seco y oscuro hasta que comiencen a echar brotes. Se cortan en trozos de forma que en cada uno haya un brote o indicio de él (“ojo de la patata”). Se siembran estos trozos de forma que el brote quede hacía arriba y la parte cortada hacía abajo, de cada uno de estos trozos nacerá una planta, si todo va bien.
- Acodo: Esta técnica consiste en enterrar un tramo de una rama, sin separarla de la planta, en un sustrato húmedo. Una vez que emita raíces se cortará la conexión con la planta madre obteniéndose así una planta independiente. También está la posibilidad de realizar un acodo aéreo. La forma de realizar este tipo de acodo es hacer un corte en la rama y después sujetar un puñado de compost maduro con una bolsa de plástico alrededor de este corte, cuando eche raíces se separará de la planta madre y se hará un repicado o trasplante.