Presentamos aquí las principales labores de preparación y mantenimiento de la tierra para cultivar un huerto ecológico.
- Aporte de tierra fértil. En el caso de que el terreno sobre el que queremos cultivar no reúna las condiciones necesarias para la fertilidad porque haya sido anteriormente degradado hasta tal punto, conviene añadir tierra fértil para comenzar el cultivo con unas condiciones mínimas para el desarrollo de las plantas.
- Labrar, remover y airear la tierra. Para este fin utilizaremos un tractor, un motocultor o una horca de doble mango (en su defecto una azada), dependiendo de la extensión del huerto entre otros factores. Al terminar el laboreo es conveniente desmenuzar los terrones gordos, rastrillar, nivelar y alisar el terreno. En el caso de que no se vaya a sembrar en el momento conviene cubrir la tierra con una cobertura vegetal para evitar que se reseque y compacte.
- Desterronado. La formación de terrones se produce más en terrenos arcillosos que arenosos, no obstante, se da en todo tipo de terrenos y conviene deshacerlos para mejorar la estructura y aireación de la tierra. Es buen momento para quitar las piedras grandes que pueden molestar a la hora de cultivar.
- Rastrillado. Con el rastrillo podemos nivelar la tierra y amontonar piedras que después serán apartadas del área de cultivo. Cuando las semillas son finas (por ejemplo, espinacas y zanahorias) esta labor es imprescindible, pero cuando las semillas son grandes (como habas o maíz) a veces no es necesaria.
- Estructuración de las áreas de cultivo. Dependiendo del método de cultivo realizaremos surcos, bancales o parades en crestall, entre otros. Las herramientas utilizadas comúnmente son palas y azadas, de esta forma se moldeará el terreno.
- Escardas, binas y desherbado. Las plantas adventicias no siempre influyen de manera negativa, no obstante es necesario llevar un control sobre ellas para que no se conviertan en un problema. El mejor método preventivo es el acolchado, sin embargo hay etapas del cultivo (fases iniciales) y épocas (principios de primavera) en las que no conviene tener el terreno tapado. En estos momentos y si hay una excesiva proliferación de estas hierbas se procederá al arrancado manual. Cuando este método no sea suficiente se tendrá que recurrir a escardas mecánicas, esto consiste en arrastrar una herramienta ligera con lamas afiladas que remuevan la capa superficial de la tierra cortando al mismo tiempo las raíces de las hierbas.
- Aporcado. Consiste en recoger tierra del entorno de la planta y amontonarla junto a ella haciendo un pequeño montículo y si es en filas, un caballón. El aporcado será progresivo conforme la planta crece. Con esta labor la planta sigue creciendo en altura pero sujetada con tierra, permitiendo un mejor desarrollo de las raíces y fomentando el nacimiento de otras nuevas. Se lleva a cabo con alubias, guisantes, coliflores, tomates, patatas (en este caso también evita que se verdeen por la radiación solar), puerros y espárragos (labor que permite su blanqueo).