Descripción y características: Se trata de una planta originaria del Norte de África y Sur de Europa. Actualmente la Cuenca Mediterránea produce el 90% de la producción mundial de esta hortaliza.
Tiene muchas propiedades medicinales y la parte comestible es la flor. Es una planta plurianual. No soportan ni mucho frío ni mucho calor y es muy exigente en agua.
Tierra y abonado de la alcachofa: Crecen bien en tierras francas. Necesitan tierras muy fértiles, ya que son plantas voraces. Precisan de buenos abonados de fondo y aportes regulares de compost.
Siembra de alcachofas: La separación entre plantas debe ser de unos 70 centímetros entre sí. Esta planta se puede reproducir por esquejes. Es el sistema más empleado en el litoral mediterráneo. Consiste en tomar de los pies madres sus rizomas, pudiéndose obtener de cada pie madre 4-6 esquejes, que son plantados directamente en julio-agosto.
Labores y mantenimiento: Es conveniente acolchar y a partir de la tercera alcachofa cortada conviene apartar el acolchado y aportar una nueva capa de compost para evitar que se agoten los nutrientes del suelo y se merme la producción.
Los riegos deben ser frecuentes, pero nunca debe haber exceso de humedad, toleran muy mal la sequía. En verano se dejarán de regar para que se sequen las plantas y en agosto-septiembre se cortarán las varas y se iniciará el proceso de aclareo y replantado.
Recolección de la alcachofa: La época de recolección será de noviembre a junio, dependiendo del clima. El primer año la cosecha no será muy grande, es a los dos años o dos años y medio cuando la producción el óptima. Se pueden mantener hasta 3 años ya que después la cosecha mermará notablemente. Se recolectarán cuando estén maduras, pero todavía las escamas estén juntas.
Nombre científico: Cynara scolymus, L.
Familia: Compositae.