Descripción y características: Existen rábanos grandes y pequeños, comúnmente llamados rabanitos, que son los que más se comercializan.
Es una hortaliza de fácil cultivo, la parte de la planta que se consume es la raíz, es gruesa, carnosa, muy variable en cuanto a forma y tamaño, hay muchas variedades con diversos colores, de piel roja, rosada, blanca, pardo-oscura o manchada de diversos colores.
Tierra y abonado: Se adapta a cualquier tipo de suelo, aunque prefiere aquéllos ricos en humus y bien drenados. Normalmente se desarrolla bien con los restos de compost de la cosecha anterior, pero en el caso de que el suelo sea muy pobre conviene hacer un aporte de abono, es importante que sea compost muy descompuesto, ya que este cultivo tolera muy mal el compost fresco.
Siembra del rábano: Se pueden sembrar prácticamente todo el año, menos en épocas muy frías, ya que no toleran las heladas. Se siembran directamente en el terreno a voleo o en línea separando las semillas unos 10 centímetros. Es una planta de crecimiento muy rápido, esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de ubicarlo, ya que se puede intercalar con otros cultivos.
Labores y mantenimiento: No necesitan apenas tareas de mantenimiento, ya que es un cultivo que se desarrolla muy rápido. Una vez han germinado, se realizará un clareo para que las plantas no crezcan demasiado juntas y se hagan competencia. Son exigentes en riego, si les falta agua tienden a espigar y no llega a engrosar la raíz.
Recolección de los rábanos: Se recolectan aproximadamente a los 40 días de la siembra en el caso de rabanitos y a los 2 o 3 meses si se trata de variedades de rábanos más grandes. Es importante recogerlos lo antes posible una vez que hayan madurado, ya que si se dejan demasiado tiempo en el terreno se pueden rajar y adquirir un sabor demasiado picante.
Nombre científico: Raphanus sativus L.
Familia: Cruciferae