Tomates ecológicos

Tomate

Descripción y características: Se cree que es originario de México, de ahí se introdujo a España y después a Europa y el resto del mundo. Actualmente es uno de los pilares de la dieta mediterránea.

Es una planta perenne de porte arbustivo que se cultiva como anual. Existen muchas variedades, puede ser desde rastrera hasta trepadora. La parte que se consume es el fruto, una baya carnosa que puede presentar diversas formas, colores y tamaños, dependiendo de la variedad. Es conveniente elegir una variedad propia de la zona de cultivo para asegurarnos de su viabilidad y calidad del producto.

Tierra y abonado: Se adapta bien a casi todo tipo de terrenos, aunque prefiere suelos profundos, mullidos y ligeramente ácidos. Es bastante exigente nutricionalmente, necesita suelos con mucha materia orgánica. Lo ideal es implantar el cultivo de tomate en lugares donde antes ha habido abono verde, triturando este 1 o 2 meses antes del trasplante. Conviene aportar una buena capa de compost después del trasplante y después acolchar. Es exigente en cuanto a potasio, por lo que le beneficiará añadir consuelda con el abonado o en su defecto ceniza.

Siembra de tomates: El método de siembra es en semillero (protegido si las temperaturas no superan los 10ºC), repicado y trasplante al terreno. La época de siembra en semillero va de enero a marzo, siempre teniendo en cuenta que el tomate no soporta las heladas y que tendrá que estar protegido hasta que las temperaturas no bajen de 10ºC. En el trasplante se enterrarán los tallos hasta las primeras hojas y después realizaremos un riego para favorecer el enraizamiento. El marco de plantación es de 50 centímetros entre plantas y 60 centímetros entre líneas. Se deben ubicar en un lugar soleado de la huerta, ya que son exigentes en luz solar.

Labores y mantenimiento: Este cultivo requiere bastantes labores de mantenimiento. En primer lugar acolchar, ya que beneficia en gran medida a este cultivo, por lo que después del trasplante conviene añadir una buena capa de compost (es importante no mezclarlo con la tierra a nivel de las raíces, ya que esto facilitaría un ataque de pulgón) y realizar después el acolchado. Algunas variedades de tomate son rastreras, pero la mayoría son trepadoras, así que habrá que hacer una estructura de entutorado. Podemos atar el tallo a la estructura de entutorado con algún material natural como el esparto. También habrá que realizar podas, conforme vayan creciendo las tomateras, se irán cortando los brotes laterales y dejando el brote principal. Se irán retirando las hojas más viejas de la base de la planta para una mejor aireación y para favorecer la iluminación. En las zonas frías, a partir de septiembre, conviene podar los extremos de los brotes centrales, para favorecer que terminen de madurar los frutos. Este cultivo no necesita un riego abundante pero si necesita que el riego sea regular, es ideal la implantación de un riego por goteo. Hay muchas enfermedades y plagas que pueden afectar a las tomateras, lo mejor es prevenir mediante unas buenas técnicas de cultivo y la observación. No obstante, si el cultivo se viese afectado por una enfermedad o plaga que mermase el cultivo habrá que recurrir a remedios a base de preparados con plantas.

Recolección de tomates: La cosecha se realiza aproximadamente a los 5 meses de la siembra. Los tomates se recogerán cuando estén maduros, el color y la dureza nos indicarán el estado de madurez. Otro signo que nos indica que el tomate está listo para recoger es que se desprende fácilmente de la mata. A finales de septiembre y antes que lleguen las heladas, conviene recoger todos los tomates, aunque estén todavía verdes y dejarlos madurar en un lugar más cálido.

Nombre científico: Lycopersicon esculentum Mill.

Familia: Solanaceae