Para cultivar de manera ecológica es necesario seguir una serie de técnicas mediante las cuales conseguiremos alimentos de alta calidad y libres de contaminantes, al mismo tiempo que conservamos el Medio Ambiente.
Estas técnicas están encaminadas a controlar factores de los cuales dependerá la productividad de nuestro huerto. Estos factores son:
- Conservación y mejora del suelo.
- La conservación del agua.
- Los ciclos biológicos de las plantas.
- La prevención de plagas y enfermedades.
- El conocimiento de las hierbas y prevención de su competencia.
En base a estos factores, estas son las algunas de las técnicas de cultivo ecológico que se pueden usar:
- Añadir a la tierra compost, ya que con su degradación se activa la vida microbiana del suelo y se aporta a la planta los elementos minerales y todas las sustancias necesarias para el adecuado desarrollo de las plantas. La materia orgánica también mejora la estructura de la tierra frenando así el efecto erosivo del agua.
- Utilizar abono verde. Esta técnica consiste en plantar especies forrajeras, gramíneas, leguminosas o incluso la flora espontánea para que mantengan o incrementen la actividad biológica de la tierra y aportando nuevos nutrientes. Estas plantas se segarán en el momento de la floración y se incorporarán a la tierra.
- Diversificación. La Agricultura ecológica propone un cultivo mixto y alto en biodiversidad, ya que esto será beneficioso para generar un ecosistema que protege a nuestros cultivos.
- Realización de rotaciones. Sucediendo distintos cultivos en el tiempo para una parcela con el fin de preservar la fertilidad del suelo y la sanidad de los cultivos.
- Asociaciones favorables. Hay especies que cuando se siembran juntas se benefician mutuamente, ya sea por la optimización del espacio, por favorecer la fauna auxiliar o por demanda de nutrientes.
- Coberturas orgánicas (acolchado) que evitan la erosión y mejoran la eficacia de los sistemas de riego.
- Control de plagas mediante métodos preventivos como el cuidado del suelo en primer lugar y la presencia de biodiversidad, y si esto no lo conseguimos se usa control biológico o preparados con plantas medicinales.
- Control de hierbas competidoras, conociendo su ciclo y forma de reproducción así como sus utilidades alimenticias o medicinales, y reduciendo su posible competencia mediante desherbado mecánico, térmico o con “falsas siembras”.