Los comedores escolares podrían ser la gran escuela de salud para nuestros niños para revertir la tendencia hacia el consumo de comida rápida y poco saludable educando en una dieta más adecuada y proporcionando en la comida principal del día, frutas y verduras ecológicas frescas y cercanas, combinando legumbres, huevos, carnes y pescados a lo largo de la semana y evitando el uso de harinas y azúcares refinadas, grasas animales y fritos.